sábado, 25 de julio de 2015

AERMACCHI MB-326 GB – Mat. 4-A-103 – Coronel Vidal


El Macchi MB-326 es un avión de adiestramiento avanzado de mucho éxito debido a su diseño: asientos en tandem, eyectables, capacidad de ataque al suelo, y lo más importante, su bajo costo y lo económico de su mantenimiento.

Del primer modelo de serie, se desarrollaron cerca de veinte versiones destinadas a la exportación, entre ellas se encuentra la MB-326GB seleccionada por la Aviación Naval Argentina en 1968 para cubrir los roles de avión de ataque ligero y adiestramiento avanzado.

Estas unidades serían incorporadas en 1969 en la 1ª Escuadrilla Aeronaval de Ataque con base en Punta Indio. Esta se creó oficialmente el 4 de diciembre de 1958, con asiento en la Base Aeronaval Comandante Espora operando aviones F9F-5 Grumman PANTHER; pero en el mes de agosto de 1960 se decidió su traslado a la Base Aeronaval Punta Indio. En 1969, llegaron ocho AERMACCHI MB-326 GB que habían sido adquiridos en Italia. 

El ejemplar, cuyo número de serie es 6456/197, es uno de los incorporados en 1969 y asignado a la 1° Escuadrilla Aeronaval de Ataque con el número de DIMA 0615 y la matricula naval 3-A-103. realizando su primer vuelo en el país en noviembre de 1969.

El 31 de enero de 1972 pasó a integrar la Escuadrilla de Ataque dentro del ámbito de la Escuadra Aeronaval Nº4, siendo rematriculado 4-A-103, basada en la misma Base Aeronaval Punta Indio, al este de la provincia de Buenos Aires.

Durante el conflicto de Malvinas durante Abril de 1982, una parte de la escuadrilla, compuesta por aviones más modernos Aermacchi MB-339 que formaban parte de la misma unidad, fueron desplegadas en la Base Aérea Militar Malvinas, mientras que el resto participó en el cubrimiento de la defensa antiaérea de la Base Aeronaval Comandante Espora y la Base Aeronaval Almirante Zar, además de realizar la vigilancia y control de la frontera desde la Base Aeronaval Río Grande y la Estación Aeronaval Ushuaia.

Los Macchi han participado de innumerables operativos combinados, desde numerosas bases. Sin embargo hacia 1994 los MB-326 presentaban tal grado de desgaste, que la escuadrilla fue transferida a la condición de reserva, situación que se revirtió con un gran esfuerzo para poner en servicio un número aceptable de aeronaves, hasta que se determine cuál será su sucesor.

Los aviones Aermacchi fueron desafectados en el año 2007, luego de un accidente fatal de uno de sus aeronaves, ocurrido el año anterior. Este ejemplar tienen el honor de ser el avión más extensamente usado por la AVIACIÓN  NAVAL, durante 39 años continuos.

El avión pasó a reserva en instalaciones de la Base Aeronaval Punta Indio junto a otras unidades supervivientes y lentamente fueron entregados a distintas instituciones y aeroclubes para ser presentados como monumentos y material didáctico.

Este ejemplar fue finalmente donado al Aeroclub de Coronel Vidal, restaurado por personal de la Armada y del Aeroclub de Coronel Vidal, donde permanecerá exhibido de ahora en más.


miércoles, 22 de julio de 2015

FMA-EMBRAER CBA-123 Vector/IA-70 Parana – Córdoba

La industria aeronáutica argentina está plagado de proyectos tecnológicos avanzados, los cuales en su gran mayoría, quedando inconclusos o abandonados, tanto por cuestiones políticas, falta de visión de nuestros dirigentes o bien por insolvencia, esta última causa fue más de una vez, destruyo numerosos proyectos argentinos, muchos aun en la mesa de diseño, otros la fase de prototipo.
CBA-123 Vector (IA-70 Parana) (PT-ZVE) en el Salón Aeronáutico de Farnborough de 1990.

El CBA 123 Vector nació como iniciativa Brasileña con la intención de captar los usuarios del exitoso EMB-110 Bandeirante. Inicialmente el proyecto apuntaría al ámbito civil aunque existía la posibilidad de futuras adaptaciones del modelo a eventuales usos militares.

Desarrollado por la compañía brasileña EMBRAER y la Fábrica Militar de Aviones argentina (en aquel momento, industria del estado), por ello su nombre incluía las siglas "CBA", que significan "Cooperación Brasil-Argentina".
El proyecto inicial contemplaba un avión turbohélice de cabina presurizada, para servicios regionales, con capacidad para 19 pasajeros y de bajísimo nivel de ruido. El avión fue uno de los turbohélice más modernos de su tiempo, incluyendo novedades tecnológicas en cuanto a aviónica, aerodinámica y propulsión.

Se preveía que, para principios de 1989, el costo por unidad seria de u$s 4,46 Millones, interesante a los ojos de los posibles compradores. Esto hizo que el proyecto llegara a tener 'posibles' 160 pedidos, pero a medida que el proyecto avanzaba y los costes subían los supuestos posibles pedidos comenzaron a desaparecer.En 1985 avanzaba la integración económica de Sudamérica con la formación del Mercosur entre los gobiernos brasileño y argentino. En 1986 surgió la propuesta de desarrollo conjunto de un avión entre EMBRAER y FMA.
El FAB  EGLF en Farnborough, UK. Septiembre de 1990

El día 17 de enero de 1986 se firma un convenio entre Argentina y Brasil que establece a grandes rasgos, las pautas a seguir por ambas fábricas de aviones en lo que respecta a realizar proyectos en conjunto. La idea de una cooperación mutua implicaba el aprovechamiento de recursos humanos e industriales y el intercambio de tecnología. Por otro lado EMBRAER disponía en ese entonces (y ahora también) de una cartera de clientes que facilitaría la inserción en mercados como el norteamericano y el británico, ocupándose así, de una de las áreas más conflictivas desde siempre para la FMA: la comercialización y especialmente la exportación.

Inicialmente se habían determinado las regiones en las que se ocuparía cada país de colocar el avión, siendo Norteamérica, Reino Unido y Brasil exclusividad de Embraer mientras que la FMA se ocuparía de América latina, Argentina y África, luego se establecerían políticas de cooperación para el que lograse algún otro cliente en alguna otra parte del mundo.

Los costes y la carga de trabajo sería distribuidas entre EMBRAER y FMA en una proporción 2:1. La FMA tenía a su cargo la fabricación de la sección media / delantera del fuselaje como también la sección y planos de cola, esto se traducía en el 33% del proyecto.

El diseño incluía componentes de alta tecnología: motores punteros de empuje (con las hélices "hacia atrás", en contraposición a los motores clásicos, alas de perfil supercrítico, control de motores FADEC y sistemas de aviónica EICAS y EFIS. El nombre "Vector" fue elegido en un concurso internacional entre más de 6000 propuestas.

El 21 de mayo de 1987 se firma el acuerdo que disponía el diseño y construcción del CBA-123 Vector entre ambos países, estableciéndose tres momentos del proyecto, la fase 1 dedicada a la investigación y diseño del proyecto, la fase 2 de construcción de los prototipos y la última fase dedicada a los ensayos en vuelo y homologación.
En Marzo del 89 se comenzó con la fase 2 efectuándose los primeros cortes de metal.

Se dispuso fabricar cinco prototipos, el primero de ellos fue el número 801 que realizó su primer vuelo el 18 de Julio 1990. El segundo prototipo, el 802 también sería destinado a vuelos de ensayos y ambos prototipos serian ensamblados por EMBRAER. El tercer prototipo seria el 803, el cual sería ensamblado en Argentina por la FMA, El prototipo 804 estaba pensado con el fin de realizar los ensayos estructurales y pruebas de fatiga.

CBA 123), en la ex FMA, tirado a la intemperie. 24-07-12

El primer prototipo del Vector, cuyo número era 801, realizo su roll-out de la planta de EMBRAER, en Sao José dos Campos (Sao Paulo), el día 22 de Junio de 1990, su primer vuelo realizado el 18 de Julio, y el día 30 de Julio de 1990 se realizó la presentación en sociedad del avión.
CBA-123 Vector siendo colocado en la Facultad de Ciencias Exactas de la Univ Nac de Córdoba

En la presentación oficial estuvieron presentes los jefes de estado de la República Federativa del Brasil Fernando Collor de Mello y de la República Argentina Dr. Carlos S. Menem, como así también los gobernadores de Córdoba y Sao Paulo, ministros de Defensa, legisladores, embajadores y miembros de diversas cámaras empresariales e industriales de ambos países.

Desgraciadamente para EMBRAER y FMA, la alta tecnología que debía haber asegurado el éxito del CBA 123 fue el motivo de su fracaso y retirada. El coste final del aparato, 5 millones de dólares USA, era demasiado alto para que fuese asumido por el mercado en general. 

En tanto la falta del apoyo, la Fuerza Aérea Argentina tuvo que hacerse cargo de los gastos de la FMA, quien debía distribuir las reducidas partidas presupuestarias de la Fuerza. Con el gobierno de Carlos Menem la no se produjeron cambios significativos y para 1990 la situación era más que critica y la FAA no podía seguir sosteniendo el proyecto sin apoyo de financiero.

A pesar de esto la FMA logro cumplir con la entrega de las piezas del primer prototipo dentro de los tiempos estipulados. También se pudieron enviar las piezas correspondientes al segundo prototipo a Brasil para su ensamblaje en la planta de EMBRAER. Si bien hubo demoras por ambas partes, estas no eran todavía demasiado problemáticas.

A este problema hubo que añadir la dificultad de que el gobierno brasileño siguiera invirtiendo dinero debido a la crisis política derivada del proceso de destitución de Fernando Collor de Mello. El prototipo que debía ser construido en Córdoba era el que corría mayor riesgo; su terminación no podría ser terminarlo si no se conseguir las partidas presupuestaria prometidas. 

También era una prioridad para la FMA lograr mantener el 33% de participación en el programa que se había convenido. Para cumplir con las primeras entregas en el tiempo estipulado, se convino con EMBRAER bajar esta participación a un 24% por lo menos hasta que la FMA lograse conseguir los fondos y recuperar el 33%. La FMA nunca consiguió esos fondos y nunca logro recuperar el porcentaje perdido, ni siquiera pudo cumplir con el 24%.
CBA-123 Vector preservado en Sao Jose Dos Campos (SJK - SBSJ), Brazil 22-11-13

Para agosto de 1991 la situación de la FMA y de EMBRAER era angustiosa. Los trabajos en el tercer prototipo seguían en marcha en la planta de Córdoba a un ritmo lentísimo y se esperaba que a fin de ese año estuviera concluido mientras se esperaba la financiación. Por otro lado ambos países esperaban recibir la certificación del modelo para mayo de 1992. El precio en ese entonces estimado con moderna aviónica digital completa ya había trepado a los u$s 6 Millones superando ampliamente toda predicción inicial.

Para Febrero de ese año y con EMBRAER al borde del colapso y salvada de la quiebra por el estado brasileño, la situación del Vector es realmente crítica, y para empeorar el panorama, el elevado precio final hace que no tenga prácticamente pedidos en firme. Por su lado la firma Garret encargada de desarrollar los motores perdió interés en el proyecto y ya no pretendía seguir invirtiendo dinero si no había pedidos en firme.

En Abril de 1992 con la FMA en plena etapa de privatización el futuro del CBA-123 estaba colgando de un hilo y se esperaba que la nueva conducción continuara con el proyecto. En Brasil se siguen realizando los ensayos en vuelo con los dos prototipos esperando lanzar la serie. Sin embargo el prototipo argentino 803 se abandona definitivamente y todo cae en el olvido.


Pese al fracaso, el proyecto supuso para EMBRAER alcanzar la madurez en su trabajo con alta tecnología, que la llevaría al desarrollo de la exitosa serie de reactores EMBRAER 145. El prototipo argentino se mantuvo almacenado en FAdeA con un 80% de grado de avance.