sábado, 14 de junio de 2014

AVRO 671 La Cierva C.30A – Matr. LV-FBL – Morón

El Ingeniero Civil español Juan Reges Aymá se había recibió de piloto en el aeroclub de Barcelona el 24 de Marzo de 1934, con licencia de aptitud N* 219 otorgada por la Dirección General de Aeronáutica.Siempre estuvo vinculado con Argentina, porque su Madre había nacida en Junín, Provincia de Buenos Aires. Al llegar al país, se radico allí haciéndose cargo de la administración del campo de su madre. A fines de 1935, viajo a Londres con la idea de comprar un Stitson. 



Una vez en el aeródromo de Croydon, se encontró con Juan de la Cierva. Allí subió al prototipo que él volaba personalmente, el Autogiro C-30P matricula G-ACIO (tercer prototipo construido por la Avro). Desde el momento que voló con La Cierva en esa aeronave en un vuelo de demostración se convenció de la compra del autogiro. 

Compro un C-30 A (C/N: 744), fabricado en Inglaterra, el cual había salido de fábrica el 3 de enero de 1935 con matrícula G-ACXV, y regreso a Bs. Aires. La Cierva y Reges Aymá organizaron una sociedad, por la que Reges Aymá representaría a La Cierva, en Buenos Aires, con el fin de fabricar, bajo licencia, en la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba, el C-30A . 
En la Base Aérea del Palomar



Una vez arribado al país participo en dos ejercicios militares y varios eventos sociales entre 1935 y 1936. En Córdoba, efectuó demostraciones de aptitud de vuelo, con objeto del convenio para su fabricación-
En la Fabrica Militar de Aviones, Córdoba.

El 20 de junio de 1937 formó parte del festival aéreo de Palermo, en honor a Jorge Newbery. El 13 de julio de ese año la aeronave fue inscripta en el Registro Nacional de Aeronaves como R-340.A partir del 1 de julio de 1938 se incorporaron en el país nueva normativa de matriculación para las aeronaves civiles, por lo que el C-30 cambió su matrícula siendo identificado como LV-CEA.

Entre 1940 a 1950 voló por la provincia de Buenos Aires. El 5 de enero de 1949 cambia la titularidad de la aeronave a nombre de Agustina Beltrán y finalmente el 22 de diciembre del mismo año cambia la matricula a LV-FBL.
En la Base Aérea del Palomar

En 1955, fue trasladado en vuelo al Bolsón, Provincia de Río Negro, recorriendo de 1760 kilómetros, en cuatro etapas y 12 horas de vuelo. Durante los próximos años de su permanencia en el Sur voló por gran parte de la Patagonia.
Aterrizaje en el Aeroclub del Bolsón en mayo de 1963

El 1º de Mayo de 1966 el C 30 regreso a Buenos Aires, con un recorrido de 1700 kilómetros, en seis etapas y 11 horas de vuelo. Estos dos vuelos, con un total de 3500 kilómetros, son únicos en los anales de la aviación civil mundial, protagonizados por un Autogiro La Cierva C-30 A
En el Aeroclub El Bolsón en 1966

Luego de este viaje, ya no volvió a volar. El 7 de diciembre de 1966 se autorizó la re-exportación de la aeronave a EEUU y su baja correspondiente. A partir de aquí se conocen dos historias contrapuestas: la de sus últimos dueños y la de la Fuerza Aérea.

La historia oficial dice que en 1967, al enterarse las autoridades de la Fuerza Aérea Argentina de la venta de la aeronave, solicitaron la cancelación de su exportación y se lo declaro patrimonio histórico aeronáutico nacional. Se pusieron en contacto con la titular (Agustina Beltrán) ofreciendo el mismo valor de venta que se hubiera pagado en EEUU y a partir de este momento paso a ser propiedad del Museo Nacional Aeronáutico. Es llevado al Área Material Quilmes donde es restaurado y acondicionado para la Exposición Nacional de Aeronáutica de 1969 en Buenos Aires.
Maniobras de artillería del Ejercito Argentino en la Laguna del Monte

Sus últimos propietarios en tanto consideran que la aeronave fue expropiada. En Noviembre de 1967 se encontraba en el aeródromo perteneciente a Gendarmería Nacional, en Campo de Mayo. Contradiciendo la versión oficial, de que al expropiarlo, fue llevado a los talleres militares de Quilmes para su restauración Allí se le cambió los retenes de válvulas, la instalación eléctrica, y los platinos, con lo que el motor quedo en perfectas condiciones, poniéndolo con la hélice en un punto de compresión.

Luego de concretada la expropiación, lo llevaron a los talleres de la Fuerza Aérea en Quilmes, donde en vez de cuidarlo, fue SAQUEADO de todo su instrumental de vuelo, recientemente actualizados para vuelos nocturnos, clausurando los dos tableros con un tapizado.

Según la versión oficial luego de su expropiación, fue que se trasladó al Taller Regional de Quilmes "para su restauración", donde realmente se le extrajo todo su instrumental y los dos tableros fueron cubiertos por un tapizado negro.

En la misma Exposición Nacional de Aeronáutica de 1969 sus anteriores propietarios lo encontraron completamente pelado y con los tableros ciegos, sin Magnetin de arranque desde cabina, baterías, equipo de radio moderno instalado recientemente a su regreso a buenos Aires. El 8 de enero de 1969 se le canceló oficialmente la matricula civil.

Posteriormente fue dejado al aire libre por más de dos años en el Museo Nacional Aeronáutico (MNA) en Aeroparque en la ciudad de Buenos Aires donde sufrió un notable deterioro por las condiciones climáticas.

A mediados de los años 70 es llevado nuevamente al Área Material Quilmes donde permaneció almacenado por casi 20 años. Fue expuesto en la Sociedad Rural de Palermo del año 1972. En 1989 fue solicitado en préstamo a la Fuerza Aérea para exhibirlo en el Museo de Transporte de Quilmes.

Durante el año 1993 o 94, se le sustrajo su hélice metálica original, siendo sustituida por una de madera. 

Por último, entre 1997 y 1998, le fueron sustraídas sus palas originales, que según versiones circulantes dentro de la Fuerza Aérea, "no confirmadas", fueron enviadas a España y colocadas en el C-30 A matricula militar española XVU. 1, de la Maestranza Aérea de Albacete. 

En la actualidad pertenece a la colección del Museo Nacional Aeronáutico (MNA).

5 comentarios:

  1. QUE BUENO NO SE CUANTO TUVIMOS 1,2 EJEMPLARES .........

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por el rescate de esta historia tan valiosa asociado a los avatares de un bien tan singular.

    ResponderEliminar
  3. Confirmo que las palas fueron entregadas al Ejército del Aire español para intententar montarlas en el C-30 XVU-01, que se estaba poniendo en vuelo. Las recibimos en la Maestranza Aérea de Albacete pero cuando se inspeccionaron para ver qué su estado se tuvieron que descartar por el mal estado en que se encontraban. Tuvimos que fabricar palas íntegramente nuevas, copiando el modelo que nos prestó la RAF procedentes del museo de Hendon.

    ResponderEliminar